El día de ayer tuvo duende. Fue sumamente especial para nosotras poder pasar un par de horas con los alumnos del St. Paul’s que mejores valoraciones habían obtenido durante los talleres de Happy Manners y que más se habían esforzado por mantener lo aprendido durante las sesiones.
Los niños llegaron puntualmente al restaurante Igueldo, sin duda, uno de los mejores restaurantes de la Ciudad Condal, que armoniza una materia prima de primera, con una cocina excelente y una estética elegante y sobria, y que ha sabido mantener el listón bien alto durante sus diez años de andadura. Imposible dejar de destacar cómo se volcaron con todos nosotros, hasta el punto de dejar incluso que los niños asomaran la cabeza por la cocina al término de la comida.
No deja de ser curiosa y tierna la complicidad que surge con los niños cuando trabajas cerca de ellos. Porque enseñar no es solo transmitir, sino también implicarse. Y te implicas en la vida de esos niños, los conoces, les escuchas, aprendes de ellos y los quieres. Nada más mirarnos, ya saben lo que tienen que hacer. Por eso la comida de ayer, jueves 9 de febrero de 2107, transcurrió sin estridencias entre emociones, risas y una charla amena, y puso de manifiesto su sobrada capacidad para comer con modales, probar alimentos nuevos y participar en aquel encuentro.
La experiencia de ayer fue la guinda de un pastel sabroso de por sí. Un éxito de todos, aunque, indudablemente, la palma se la llevaron nuestros niños. Una deliciosa comida que supo, por qué no decirlo, a saber estar. Una comida con duende.
[…] Origen: Sabor a saber estar. Una comida con duende. – Happy Manners […]